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viernes, 10 de octubre de 2014

Risotto allo Zafferano ( Risotto al azafrán)


Como sucede en la mayoría de los platos tradicionales, el origen del risotto al azafrán, típico plato lombardo, es algo difícil de concretar. Sabemos que la dinastía de los señores de Milán, la familia Sforza, introdujeron y promovieron la cultivación del arroz en el territorio milanés allá por la segunda mitad del siglo XVI, por lo que deducimos que el origen del risotto como plato tiene que ser posterior a esta fecha.


Castillo Sforzesco, Milán
Para descubrir las primeras pistas de la invención de este maravilloso plato tenemos que dirigirnos a un lugar de la ciudad lleno de historia, hablamos del Castillo Sforzesco de Milán ( que os recomendamos visitar), dentro del cual se encuentra la valiosa Biblioteca Trivulziana, donde podemos encontrar cientos de miles de manuscritos, auténticos tesoros a cuál más valioso, entre los que destacan el " Codice Trivulziano de Leonardo Da Vinci" pero bueno, centrémonos en el risotto que nos vamos por las ramas jeje y luego parece esto una historia de Dan Brown. En esta biblioteca encontramos también un documento del año 1574 que cuenta, a modo de leyenda, el nacimiento del "risott giald" ( en dialecto lombardo) o "risotto allo zafferanno".

Cuenta la leyenda que un maestro artesano, un tal Valerio di Fiandra, que por aquel entonces trabajaba en una de las obras más gigantescas del gótico en Europa, el Duomo de Milán, se encargaba de pitar y decorar las vidrieras, utilizando una tinta muy costosa y particular, hecha con una especie procedente de tierras lejanas. El señor Valerio pintaba, nada más y nada menos que con azafrán!

Vidriera del Duomo de Milán decorada por Valerio di Fiandra con  tonos pintados con azafrán
El señor Valerio trabajaba junto con una cuadrilla de colaboradores, entre los cuales había uno que se le daba muy bien esto de pintar con esta especia, prácticamente convirtiéndose en una obsesión, pues todo lo pintaba con azafrán, lo que le llevó a que le pusieran el mote de "lo Zafferano" ( el azafrán, en italiano). Sus compañeros bromeaban con él, diciéndole que cualquier día acabaría por echarle azafrán hasta a la comida que traía a la obra! Y así fue cómo el día de la boda de la hija del señor Valerio, este chico un poco en broma, un poco por celos o despecho ( pues parece ser que le gustaba la chica que se casaba, no con el precisamente), echó azafrán en el plato estrella del banquete: el arroz! Sobra decir que el resultado fue asombroso! un sabor delicioso! seguramente lejos de lo que el muchacho quería provocar, quién le iba a decir a el que su "bromita" no tardaría nada en extenderse por toda la ciudad y convertirse en uno de los platos típicos más conocidos de la famosa ciudad italiana.

No sabemos la certeza histórica de este documento, pero no deja de ser una historieta curiosa. También se sabe que existía en la Edad Media un plato kosher de la cultura hebrea, en el cual se mezclaba arroz y azafrán, que aunque de una forma muy distinta al risotto, puede haber sido una adaptación posterior del pueblo italiano, el cual tuvo contacto con los hebreos después de que Sicilia fuese conquistada por los árabes. Por lo que no se excluye que el pueblo hebráico siguiendo el camino del arroz hacía el norte, a través de la península de la bota, llegaran hasta tierras lombardas con su famoso plato. Los lombardos y hebreos eran famosos en todo el viejo continente por ser buenos comerciantes, quizás también en el ámbito culinario intercambiaron alguna cosilla. Pero en este caso, también hablamos de suposiciones.




El risotto al azafrán suele confundirse con el " risotto alla milanese", pero no son lo mismo. Se diferencian en que el risotto alla milanese en su preparación no lleva vino, pero si médula de buey. Tanto un tipo como el otro, aparecen ya en libros de recetas a partir de 1853, en libros de cocina como " Nuovo Cuoco Milanese de Felice Luraschi, o el famoso "La ciencia en la cocina y el arte del comer bien" de Pellegrino Artusi.


Y ahora vamos con la receta!

Receta : 


Ingredientes: ( para unas 4 personas)


  • 250 - 300 g. aproximadamente de Arroz Carnaroli o Arborio (ver la elección del arroz ideal aquí
  • 1 cebolla
  • Aceite de oliva virgen ( 1 cucharada sopera)
  • 1 taza de vino blanco
  • 1 litro de caldo ( en mí caso de verduras)
  • 100 g. aprox. de queso parmesano ( a poder ser, recién rallado)
  • 1 nuez o una cuchara de mantequilla
  • Sal
  • 1 cucharilla de azafrán ( en hebras) o 1 sobre de azafrán en polvo



Preparación:

1º- Preparamos el caldo, o lo calentamos en el caso de que ya lo hayas hecho con antelación 
(o comprado). Ponemos un cucharón de caldo caliente en una taza y añadimos en este el azafrán. Removemos y lo reservamos.


2º- Ponemos al fuego la sartén o caldero donde vayamos a hacer nuestro risotto. Personalmente prefiero sartenes grandes, de paredes altas, para que el arroz campe a sus anchas jeje, pero un caldero normal os irá bien también. Añadimos el aceite, y cuando esta esté caliente, introducimos la cebolla que habremos cortado en daditos muy pequeños previamente. Es importante que pochemos la cebolla bien ( unos 5 o 10 minutos a fuego bajo) para que no se note en el resultado final, aportando sólo sabor y no textura.


3º- Cuando la cebolla esté lista añadimos el arroz. Os he dicho unos 300 gramos para 4 personas, pero para ser sincera, jamás lo peso, lo hago al estilo que me enseñaron en Italia, 
"un pugnetto per persona e uno in più per la padella" es decir, un puñado por persona y otro para la sartén! ( yo pongo dos puñados por persona porque mi "puño" como unidad de medida era algo ridícula jeje y he comprobado que va bien, todo depende del tamaño de vuestras manos jeje ).

Rehogamos el arroz y la cebolla, con ayuda siempre de una cuchara de madera.Es importante este paso, ya que dicen que el secreto de un buen risotto está en que tostemos un poco el arroz, al menos 2 minutos. Este paso hace que los granos de arroz se "impermeabilicen" durante el resto de la cocción, consiguiendo así que sigan quedando bastante al dente.




4º- Seguidamente añadimos el vino blanco, con lo que conseguiremos dar un punto de sabor algo ácido que le va muy bien a nuestro risotto. Removemos constantemente, hasta que el vino se haya evaporado y es entonces cuando empezamos a añadir el caldo, pero atención! jeje solamente un cucharón de cada vez, así poquito a poco y con paciencia, sin dejar de remover lentamente y con cariño , cuando el arroz haya absorbido el caldo, añadimos el siguiente cucharón, y así hasta que esté hecho nuestro arroz. La cocción del arroz tarda generalmente, entorno a unos 18 minutos desde que lo echamos a la sartén, así que nada de hacer risotto con prisas y nunca dejarlo abandonado a su suerte mientras está al fuego! jeje No dejaremos de remover lentamente, veréis que hasta puede llegar a ser relajante!




5º- Unos minutos antes de los famosos 18 minutos de cocción, en vez de un cucharón de caldo, añadimos la tacita de caldo con azafrán que teníamos reservado. En seguida nuestro risotto se teñirá de un estupendo color amarillo - anaranjado. Removemos un poco más y cuando el punto de cocción esté "al caer" jeje, apagamos el fuego y empezamos con lo que se conoce como " mantecar" el risotto.



6º- Con el fuego recién apagado, añadimos la mantequilla y el queso parmesano rallado, removemos bien para mezclar, mientras se derriten los últimos ingredientes y...listo! Habemus risotto! Se suele tapar la sartén o caldero un par de minutos antes de servir para que repose, pero no se si podréis esperar!




Nota: No suelo echarle sal porque ya el caldo y el queso se la aportan, aunque a veces una pizquita no le viene mal, pero la sal siempre es al gusto de cada uno ;).



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miércoles, 23 de julio de 2014

Bolitas de pan de ajo rellenas



Los italianos y el ajo: amor y odio. El ajo, elemento en cocina antiquísimo y extremadamente beneficioso, es en Italia tan detestado como amado, dependiendo de la región del país en la que nos encontremos. En general, pero con algunas excepciones, como por ejemplo en la gastronomía de zonas como la Toscana o el Piamonte, en el centro y norte del país no es muy utilizado y en ocasiones, ni siquiera bien visto. En cambio en el sur de Italia, el ajo es muy apreciado e utilizado, tanto por su sabor como por sus propiedades. Y es este solamente uno de los indicadores de la extraordinaria variedad en cuanto a tradiciones y cultura gastronómica que nos ofrece este maravilloso país, pues un producto muy amado en algunas regiones, puede ser incluso desconocido para otras, y seguro que quien haya viajado a lo largo de la península itálica se habrá dado cuenta de las diferencias culinarias y culturales entre el norte y el sur, hecho que lo hace más fascinante si cabe.

En lo que se refiere a la utilización del ajo, se puede decir que el sur de Italia sea más parecido a España que al norte del propio país. La inmigración del Sur de Italia a los Estados Unidos, exportó la cultura gastronómica italiana, y con ella el uso del ajo en la cocina italo-americana, por lo cual en Estado Unidos se suele relacionar la cocina italiana con el uso abundante del ajo, a pesar de que, como hemos visto, no siempre es así.


Ajos

Uno de los productos que nos viene a la mente cuando decimos "ajo y comida italiana", es sin duda el famoso pan de ajo. El pan de ajo es la versión americanizada de un antiguo "plato pobre" de la tradición campestre: la bruschetta. Esta se servía ya desde la época romana y se componía de pan viejo o endurecido, frotado con ajo y aceite de oliva. A pesar de que la bruschetta hoy en día es toda una delicia presente en cualquier buen restaurante, originariamente se frotaba con ajo y aceite para conservarlo y poder así consumirlo por mayor tiempo. Así que, el pan de ajo que hoy conocemos y se suele servir en muchos restaurantes, no tiene su origen en Italia, sino en Estados Unidos, derivado quizás de la bruschetta primitiva. La diferencia principal entre el pan de ajo o garlic bread y la bruschetta se encuentra en el uso del aceite de oliva, el cual suele ser sustituido por mantequilla en la cocina italo-americana. Se sabe que este invento americano, se encentra presente en los menús de los restaurantes italianos de Estados Unidos desde finales de la década de los cuarenta.

Receta:


Más allá del conocido pan de ajo, hemos querido aunar un poco de "aquí y de allá", proponiéndoles algo diferente, al usar en lugar del típico pan, la masa de pizza, y para condimentarlo, nos hemos inspirado en una salsa basada en la extensa variedad de salsas canarias conocidas como "mojos",de los que hablaremos largo y tendido en próximos post.


Para esta receta podéis utilizar vuestra masa de pizza de "confianza",la que os guste más, cualquier tipo irá bien para lo que hoy os proponemos. Nosotros solemos usar la masa de pizza de la cual ya hemos hablado anteriormente (si quieren recordarla, pincha aquí), por su sencillez y rápida preparación.


Es una receta ideal para comer como entrante, y mejor comerlas calientes, pero frías no están nada mal ;). Podemos preparar la masa y las bolitas con antelación cuando tengamos invitados en casa, pues el resto de la preparación es bastante rápida. El éxito está asegurado!




Ingredientes:

  • 1 Masa para pizza ( ver receta aquí)
  • 3 dientes de ajo ( pueden variar al gusto)
  • 30 g. de perejil aproximadamente
  • 80 -100 ml de aceite de oliva ( si es extra virgen mejor)
  • Queso Parmesano ( al gusto, pero al menos unos 25-30 g)
  • Mozzarella filante o cualquier otro queso que se funda 
  • sal y pimienta negra al gusto
Preparación:

1- Con la masa de la pizza hacemos bolitas pequeñas y uniformes, las cuales rellenaremos con el queso elegido. Las disponemos en una bandeja de horno separadas unas de otras, ya que crecen un poco. Horneamos en horno precalentado a 180ºC, unos 15 minutos o hasta que veamos que empiezan a dorarse ligeramente.



Bolitas listas para hornear

2- Mientras nuestras bolitas se están horneando, preparamos nuestra salsa (o "pseudo- mojo" jeje), muy rápida y sencilla. Para ello utilizaremos un procesador de alimentos, una batidora, una thermomix... lo que queráis, y es quizás esta, es una de las diferencias más importantes (junto con el uso del queso) entre esta salsa y un mojo canario, pues este último se hace tradicionalmente con un mortero. Añadimos todos los ingredientes ( ajos, aceite, perejil, parmesano, sal y pimienta) y batimos y reservamos.


bolitas de ajo listas para hincarles el diente!

3- Cuando nuestras bolitas estén listas, las sacamos del horno e inmediatamente (sin dejar que se enfríen) las introducimos en un bowl junto con la salsa. Revolvemos bien, para que se bañen todas las bolas y se impregnen de sabor. Si queremos podemos rallar un poco más de queso por encima....y corre a comerlas que vuelan!


Interno de nuestra bolita de pan de ajo...Ñam!
Buon appetito!

AnGie




jueves, 5 de junio de 2014

Pesto alla trapanese


Pesto alla trapanese o pesto rojo de almendras y tomates

El pesto es quizás, una de las salsas más conocidas del mundo. Seguramente al hablar del pesto, a todos nos viene en mente es el pesto verde o genovés, a base de albahaca y piñones, pero hoy os traemos una variante de esta rica salsa tan versátil, hablamos del "pesto alla trapanese", originario de la zona de Trapani, en Sicilia. 

El pesto alla trapanese se dice que nació, cuando los navíos genoveses atracaban en el puerto de Trapani cuando volvían de Oriente. De este modo llegó la idea del pesto alla genovese a estas tierras, cuyos habitantes decidieron variar, utilizando los productos de los que disponían en Sicilia, entre los que se encontraban los buenos tomates y las almendras.

Los pestos tradicionalmente se realizan en mortero y es precisamente de la forma de elaborarlos, de donde viene su nombre. Pesto procede de "pestare" que quiere decir "machacar" en un mortero. Por lo general, las variantes de las salsa de pesto tienen un factor común, la albahaca!. Antiguamente para dar un toque diferente o más sabor a las comidas, se usaban las especias que procedían de Oriente, pero no todos podían tener acceso a ellas, y en el caso de Italia, eran los venecianos ( y los más adinerados), los que tenían mayor acceso a ellas, pues esta era la "puerta de Oriente",  los demás tenían que conformarse con los que daba la tierra, que no era poco!!, con las hierbas medicinales o aromáticas, se empezaron a hacer ricas salsas para condimentar los platos, entre ellas la salsa que hoy nos ocupa. Además se dice que el pesto fue una de las primeras salsas que contaba con el aceite en su composición.




Por supuesto, la receta varía según el paladar del comensal, pudiendo alterar la cantidad de los ingredientes al gusto, ahora sólo es cuestión de empezar a probar como más nos guste! 

Hoy os traigo la versión con tomates secos de esta rica y sencillísima receta!


Ingredientes:
  • 80 g. de almendras
  • 130 g. de tomates secos
  • 100 g. queso Parmesano
  • 10 ó 15 hojas de albahaca 
  • 1/2 cuchara Sal gruesa ( al gusto)
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen ( a demanda)

Procedimiento:

1- Ponemos los tomates secos unos 10 minutos en agua templada, para que se hidraten un poco.


2- Introducimos todos los ingredientes en un vaso picador o procesador de alimentos, añadimos un buen chorro de aceite y trituramos. La cantidad de aceite depende de la consistencia que cada uno le quiera dar, así que iremos triturando y echando aceite poquito a poco, y... listo!  





Podemos conservarlo en la nevera durante bastantes días, además si lo cubrimos con una película de aceite durará mucho más!. Otra idea de conservación es congelarlo y así tenerlo a disposición cuando lo necesitemos. Yo suelo ponerlo en las cubiteras para hacer cubitos de hielo, pongo el pesto en los huequitos y así lo tengo siempre a punto para condimentar mis pastas o lo que sea! Tengo cubiteras de " todos los colores" jaja... más de una vez alguno que ha ido a coger hielo se ha encontrado que su bebida era un poco.."rara" jeje pero eso es otra historia ;).






pesto alla trapanese listo para comer
pesto alla trapanese conservado con película de aceite 























 Pesto alla trapanese es una salsa muy versátil, pues puedes usarla en infinidad de preparaciones, y elaborarla con diferentes texturas como aparece en las fotos anteriores. Así podrías dejarlo algo más "seco" por ejemplo para untar en una deliciosa bruschetta o tosta, puedes usarlo para rellenar, para pescados, carnes, y un largo etc. , sin olvidar por su puesto la pasta! Según mí humilde opinión, casa de maravilla con pasta tipo orecchiette, spaghetti al nero di sepia e pasta con sarde ( sardinas), una delicia!










Este tipo de pesto suele hacerse con tomates frescos, lo que le da una consistencia diferente y además precisa de menos aceite, y está muy muy bueno también.  Luego tenemos el pesto alla siciliana, que incorpora ricotta ( ñam ñam), y tantas otras salsas de las que ya iremos hablando más adelante.

Así que ya saben...a probar todas las variantes!!! qué como decía mí padre..."en algún lugar del mundo hay una habitación enorme llena de salsas, una para cada día del año" ...jeje, así que habrá que hacerle caso, pues por variedad no será ! 

Un saludo y...échenle salsa a la vida ;)

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